Por tu vida cruzaron caminos
que decidiste no elegir,
puertas que pudieron cerrarse,
sombras que en el tiempo abandonaste....
Quiza de mi vida en tu presencia,
queda el rastro de mi inocencia,
cuando me reflejo en tus ojos,
silencio de atardeceres rojos...
Estas siempre en mi mente,
casualmente vestida,
como princesa de blanco,
en una noche en verano...
y esa eres tu:
Un corazon que no pude conquistar,
una amiga que quiza pude amar,
una mujer que se merece un altar,
un angelito que si sabe amar
1 comentario:
Que poema tan sincero y real...
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario: